martes, 13 de septiembre de 2011

Investigación en formato Revista

Tierra de nadie

Pocos tiempo después del desalojo que se vivió en el predio Indoamericano, en el sur del conurbano bonaerense, la ciudad de Rosario fue testigo de algunos hechos que alteraron el orden del barrio Molino Blanco. La relación con aquél desalojo era inevitable, debido al poco tiempo que hubo entre un hecho y el otro, y la sensación que causó a nivel nacional. Aquí la cuestión se resolvió al llegar ambas partes a un acuerdo común, pero luego de esto continuaron los cruces entre el gobierno y los sectores que pedían una vivienda digna. En sus declaraciones, Luis Baita, subsecretario de seguridad ciudadana planteó una duda: ¿Existen intereses políticos por parte de los manifestantes en estas tomas?
Los protagonistas dan su parecer sobre este conflicto que formó parte de la agenda de los medios allá por el mes de marzo, donde por momentos se sembró cierto temor, ya que parecía no tener un buen final. Luis Baita por un lado, Guillermo Peterman (del movimiento CTD) por otro, encabezando a los manifestantes que por algunos días se hicieron dueños de los terrenos de ayacucho y circunvalación. Este último no se sorprendió por las declaraciones del Subsecretario de seguridad, pero no por eso dejó de responderle y de dejar en claro su versión de los hechos. Declaraciones que tomaron nuevamente importancia tiempo después de llegar al acuerdo entre vecinos y autoridades provinciales.

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